LA ARQUITECTURA RENACENTISTA DEL MONASTERIO DE SAN LORENZO DEL ESCORIAL

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Ocupando una superficie de 33.327 metros cuadrados y a 1.028 metros de altitud, en plena Sierra de Guadarrama, se alza el Monasterio de San Lorenzo del Escorial, ubicado en el municipio homónimo de Madrid. Construido oficialmente entre 1563 y 1584 (las obras se alargarían), su singular arquitectura renacentista llama la atención en todo el complejo, compuesto por un palacio real, que fue residencia de la Familia Real Española; un panteón, lugar de sepultura de los Reyes de España; una basílica; una biblioteca, y un monasterio, ocupado actualmente por frailes de la Orden de San Agustín. Monumentalidad, complejidad y simbolismo combinan en un único entramado repleto de historia y de arte sito un emplazamiento único,  privilegiado, aislado en el campo pero no excesivamente alejado de la capital, rodeado de naturaleza y con buena disponibilidad de Piedra Natural, especialmente, granito.

El Monasterio de San Lorenzo del Escorial fue promovido por Felipe II con la idea de conmemorar su victoria en la batalla de San Quintín, acaecida el 10 de agosto de 1557, la festividad de San Lorenzo: el sueño de juventud de un monarca aficionado a la arquitectura y a la teología por fin podría hacerse realidad (Cervera, 2015). Sin embargo, y tras la colocación de su primera piedra, se materializó la necesidad de crear un monasterio que, a su vez, también permitiese rendir culto al recientemente construido panteón familiar, última voluntad de Carlos V, donde se enterró junto a su esposa Isabel de Portugal y su nueva dinastía (Bonet, 2005; Abellán, 2009). De este modo, Felipe II creó un templo que, además de permitir agradecer a Dios su intervención en San Quintín, se concibió como una morada bajo la cual enterrar a sus seres queridos.

Más de treinta años fueron necesarios para erigir este enorme complejo, cuya inauguración oficial tuvo lugar en 1584, con la consagración de la basílica: multifuncional, monacal y palaciego, esta colosal construcción fue considerada desde finales del siglo XVI como la Octava Maravilla del Mundo. La misma dio origen al estilo herreriano, caracterizado por el rigor geométrico y la ausencia generalizada de decoración, marcando el paso de las nociones platerescas renacentistas (decoraciones como una pura obra de orfebrería) al clasicismo desornamentado. En realidad, este estilo guarda reminiscencias de los tres dominios favoritos de Felipe II: Valladolid, Milán y Bruselas (Rodríguez, 1992). Fueron necesarios 1.500 oficiales de la construcción, otros tantos cientos de peones y 300 carros de bueyes y mulas que, en total, cobraban unos 10.000 ducados al mes, calculándose que el monarca pudo gastar unos seis millones y medio de ducados en los 35 años necesarios para la construcción (Cervera, 2015). Se confirma que jamás se escatimó en gastos para levantar la obra: el coste en oro equivaldría, hoy en día, a la friolera de más de 585 millones de euros.

Curiosamente, la construcción del monasterio tampoco estuvo exenta de misterio: según una leyenda medieval, Lucifer vivió en una cueva situada a los pies del Monte Abantos, en la Sierra de Guadarrama, justo en los días entre la expulsión de las cortes celestiales y su destierro al infierno. En estos días, el ángel rebelde comenzó su andadura por toda la Tierra creando hasta un total de siete puertas para acceder a las tinieblas, una de ellas, en San Lorenzo del Escorial (Cervera, 2014). Felipe II pudo no ser ajeno a esta leyenda, por lo que decidió situar allí su sueño de estructura religiosa.

En términos generales, el Monasterio de San Lorenzo del Escorial destaca por su planta rectangular, cerrada por cuatro torres, una por cada esquina. Se observa, también, arquitectura clásica italiana en la basílica y en las portadas, además de típicos tejados apizarrados flamencos (Rodríguez, 1992). Su gran monumentalidad lo convierte en el mejor de los receptáculos para albergar otras obras de arte: pinturas, esculturas, cantorales, pergaminos, ornamentos litúrgicos y demás objetos suntuarios, sacros y áulicos, convierten el Escorial en un museo repleto de compleja iconografía e iconología, capaz de generar las más variadas interpretaciones (Rodríguez, 1992).

En atención a sus cifras, la planta es un rectángulo de 206 x 161 metros, que ocupa una superficie de 33.327 metros cuadrados. En las esquinas, tal y como ya se ha expresado, se hallan cuatro torreones de 55 metros; en la iglesia, una cúpula de 92 metros y dos campanarios de 72 metros. Un total de 300 habitaciones, 15 claustros, 16 patios, nueve torres, 88 fuentes, 86 escaleras, 1.500 puertas y 2.600 ventanas (290 exteriores) tienen cabida en este edificio que, durante mucho tiempo, fue el más grande del mundo (Lagarto Rojo, 2014).

La potente imagen del monasterio se debe, fundamentalmente, al rigor arquitectónico de cada una de sus partes, elegantemente construidas y articuladas entre sí, de perfectas proporciones y estilo simbólico. Destaca, en toda esta estructura, la impresionante unidad del estilo herreriano, capaz de conectar el orden, la jerarquía y la relación de cada una de sus partes en un todo que abarca monarquía, religión, ciencia y cultura en una única construcción (Rodríguez, 1992). Se trata de un estilo perteneciente al final de la época renacentista, muy depurado, sin la excesiva ornamentación plateresca, a priori, austero y rebosante de frialdad. Sin embargo, se convierte en un símbolo del cambio entre lo medieval y la modernidad, de la gran cultura humanista de Italia, Alemania y Países Bajos traída a España, el imperio en el que nunca se ponía el sol.

El Monasterio de San Lorenzo del Escorial se convierte en una visita obligatoria para todo turista en Madrid, una completa obra maestra de la arquitectura española; posiblemente, la más brillante de todas.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Abellán, J. L. (2009). El Escorial: iconos, imágenes, mito. Madrid: Ediciones 98.

Bonet, A. (2005). El Real Monasterio de El Escorial. Bolonia: FMR.

Cervera, C. (2015, 7 de enero). El desorbitado precio de construir El Escorial, “la octava maravilla del mundo” [en línea], en ABC. Disponible en: http://www.abc.es/madrid/20150107/abci-precio-levantar-palacio-escorial-201501061825.html (19 de abril de 2017).

Cervera, C. (2014, 10 de octubre). El Monasterio de El Escorial, una puerta al infierno que Felipe II se encargó de sellar [en línea], en ABC. Disponible en: http://www.abc.es/madrid/20141010/abci-escorial-puerta-infierno-felipe-201410091904.html (19 de abril de 2017).

Lagarto Rojo (2014). El Escorial: la octava maravilla del mundo [en línea]. Disponible en: https://lagartorojo.es/2014/08/15/el-escorial-la-octava-maravilla-del-mundo/ (19 de abril de 2017).

Patrimonio Nacional (2017). Real Sitio de San Lorenzo del Escorial [en línea]. Disponible en: http://www.patrimonionacional.es/real-sitio/palacios/6172 (19 de abril de 2017).

Rodríguez, X. A. (1992). La industria de la pizarra. Santiago de Compostela: Centro de Predicción Económica de Galicia.

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